miércoles, 20 de febrero de 2013

EL CHE


Para muchos el Che Guevara es el tipo de las camisetas. Para los de mi generación y muchas generaciones anteriores y posteriores es un ícono. No necesariamente un ícono positivo por cierto para todos. La figura del Che genera simpatías y rencores, detractores y simpatizantes. Es polémico y por tanto histórico.

Esta es una de las notas que más trabajo me ha costado hacer, y si no la hago ahora, no la haré nunca. Llevo ya en la idea casi un año, desde mi fugaz paso por La Habana. Instintivamente luego de mi regreso de Cuba quise escribir acerca del Che, habiendo visto los lugares donde estuvo y las calles que lo vieron pasar. Sin embargo, rápidamente me di cuenta que no iba a ser una tarea sencilla, así que quise hacer un trabajo con toda la rigurosidad histórica posible y entre marzo y noviembre del dos mil doce leí, escuché y vi todo lo que pude acerca del Che Guevara.  Ciertamente se ha hablado mucho de él, hay tantas biografías que me pareció finalmente ocioso redundar respecto a esos temas. Abandoné la idea de la rigurosidad histórica, mi análisis será entonces personal y más visceral que racional.

Se ha dicho que el Che fue un sanguinario sin corazón, un tipo racista que detestaba el aseo y que en la revolución aprovechó para hacer aflorar sus más abyectos instintos. Del otro lado de la línea se ha dicho que era un líder natural, un visionario, desprendido de su propio proyecto de vida en favor de los menos favorecidos y la libertad de las naciones. Se han creado una serie de mitos en favor y en contra. Desde la muerte de Camilo Cienfuegos por orden de Fidel Castro a pedido del Che hasta su misión suicida en Bolivia.

Nadie puede meterse en la mente de las personas, cualquier especulación es sencillamente eso, un truco de prestidigitación que pretende adivinar el pensamiento de los sujetos a través de sus hechos. ¿Era Guevara realmente un líder desprendido, creyente ferviente de la revolución y la libertad de los pueblos? ¿O era sencillamente un tipo que sufría de una febril paranoia, mesiánico y oportunista? Nunca lo sabremos a ciencia cierta.

“Por sus hechos los conoceréis”, reza la frase y gran parte de los hechos del Che fueron registrados, por la prensa, los fotógrafos, los biógrafos y por él mismo a través de sus diarios y libros. Invocando a grandes rasgos episodios de su vida, esta tuvo que estar marcada por importantes hitos del siglo XX, Guevara nace el año 28, debido a su asma queda recluido en casa adquiriendo el hábito de la lectura. Este dato es de vital importancia. Curiosamente, de acuerdo a sus biógrafos y él mismo, leyó a esa edad los mismos autores que yo leía en la adolescencia: Emilio Salgari y Julio Verne. Guevara por cierto no era pobre, más bien de clase media alta. Cuando Guevara tenía entre quince y veinte años, que es la edad de los cuestionamientos y contradicciones, corrían los años cuarenta y tres a cuarenta y ocho, en plena guerra mundial y el peronismo en Argentina. Sospecho que tuvo que haber oído luego acerca de los abusos nazis y el juicio de Núremberg (1945-1946), esos hechos más lo dramático del movimiento político argentino debieron influir necesariamente en él.

Más adelante y luego de culminar sus estudios de medicina, emprende un largo viaje por Sudamérica que le cambia la vida. Viaja junto a su mejor amigo Alberto Granado, que por cierto,  me atrevo a afirmar que no es para nada el personaje que presenta la película “Diarios de motocicleta”, Granado fue preso político en la secundaria, así que al parecer estuvo desde temprano involucrado en la política, cosa que no le sucedió a Guevara  que toma interés mucho más tarde por ella, precisamente en este periplo por los países latinoamericanos.

No daré muchas vueltas a su biografía, baste decir que en este viaje pudo ver las condiciones de la clase obrera latinoamericana y sus penurias, así como las aún vigentes dificultades de la clase campesina. Los que hemos viajado por el interior del país cuando menos, sabemos que hay una distancia enorme entre el reportaje periodístico o televisivo y la realidad que le toca vivir a miles de compatriotas, me parece que esta experiencia de vida fue determinante también para el futuro del Che.

Otro elemento que me parece crucial de este viaje de Guevara fue su acceso a los Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana de José Carlos Mariátegui. Este tuvo que haber sido el detonante, Guevara había visto el problema y probablemente le había causado el dolor que siente todo latinoamericano al ver a sus hermanos en esas condiciones, pero no tenía la posible solución, Mariátegui se la aportó, cuando menos en embrión.

Los Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana es un libro que todo peruano (y latinoamericano), sin importar su filiación política, debería leer. Lamentablemente la gente hoy en día lee menos. No se puede comprender el problema social del Perú y de Latinoamérica si no se lee este texto, es triste que nuestros jóvenes no estén siquiera cerca de saber quién fue Mariátegui, al margen de las ideas, partidos y posturas.

Luego de este viaje la percepción de la realidad latinoamericana de Guevara tuvo que haber cambiado. No voy a hacer una reseña de la revolución cubana, porque existe amplia información respecto a ella en la red. Quiero enfocarme en la crítica a Guevara: Se afirma que era un tirano despiadado e inmisericorde. Existen reportes en los que Guevara habiendo ordenado fusilar a desertores y contrarios, estos finalmente se habían salvado gracias a los buenos oficios de Camilo Cienfuegos.

Trato de ponerme en las botas de Guevara, al mando de un ejército de rebeldes, en medio del monte, con pocas municiones, armas imprecisas. Se desarrollaba la revolución bajo el principio de guerra de guerrillas. ¿Era prudente en estos casos dejar a los enemigos y traidores a salvo? ¿Encerrarlos? ¿Dónde? No tenía un ejército regular ni cuarteles. Si seguimos la filosofía de Sun Tsu, el guerrero no debe dejar enemigos en pie, pues estos se levantarán y volverán con mayor fiereza. ¿Hacía lo correcto Guevara al no dejar enemigos a sus espaldas? Es discutible, pero lo que sí tengo claro es que no se puede afirmar a rajatabla que estas decisiones lo hicieron, per se,  un líder sanguinario.

De otro lado, Guevara comprendía que la revolución exigía un grado de compromiso sumamente alto. “Un cubano que no defendía la revolución era un cubano contra la revolución”, se solía decir. Si bien es cierto se permitía que los que no querían luchar se alejaran de las zonas de guerrillas, la traición no estaba permitida. ¿Esta regla de no permitir la traición, con el costo de la vida del traidor, era una práctica vedada? No me parece. Habría que analizar al asunto a la percepción del momento. Con la percepción de hoy y a la luz de las resoluciones de Corte Interamericana de Derechos Humanos, no sería aceptable; pero precisamente de eso se trata, de no incurrir en la falacia de juzgar los hechos de 1959 con los ojos del 2013.

Guevara creía firmemente en la necesidad de participar él personalmente en las grandes gestas revolucionarias, al parecer sí poseía una personalidad mesiánica. Se puede leer entre líneas, en sus cartas cuando se va a África (El Congo) y luego a Bolivia, que se siente llamado a luchar por la libertad de esos pueblos.

La gente que lo conoció lo recuerda como un tipo ordenado, organizado, puntual, claro y preciso. El gobierno de Estados Unidos se ha encargado durante años de financiar y promover campañas con el ánimo de desprestigiar al Che, hoy en día eso ya no tiene sentido. Los jóvenes confunden a Guevara con Don Ramón o Cantinflas. Es una tristeza.

La muerte del Che en 1967 trajo lo que se quiso evitar, su ejecución se hizo con la clara intención de no darle espacio en la prensa y no convertirlo en un héroe. Se produjo todo lo contrario, se creó un mito. Sucede siempre (guardando las distancias): Jesús, Mozart, Lennon y Mercury por citar algunos ejemplos. Personajes que quedan en el imaginario popular como jóvenes eternos, héroes populares y románticos. La magia que los envuelve, la pregunta de ¿Qué habría pasado si hubiesen vivido más? los hace más intensos e interesantes. Eso mismo pasó con el Che.

A mí lo que me causa fascinación es la revolución cubana, que ciertamente es La Revolución, al margen de la perniciosa dictadura de los Castro, me pregunto siempre: ¿Qué habría pasado si no se le hubiese impuesto el embargo económico a Cuba? ¿Sin el bloqueo? ¿En que se hubiese convertido Cuba con el desarrollo sostenido que parecía tener en los primeros años? ¿No sería una potencia hoy? ¿Se habría irradiado el socialismo a toda América? De hecho eso asustó a los americanos, ¿pero habría sucedido?

La Revolución Cubana me parece uno de los hitos históricos más importantes de Latinoamérica, y el Che Guevara fue una pieza importantísima si es que no determinante. Ernesto Che Guevara, el gran Camilo Cienfuegos, Fidel Castro, y otros que pasarán bien o mal a la historia nos regalaron una de las gestas más heroicas. Mi juicio personal es que Guevara cumplió su rol, ordenó las prioridades de la revolución y las ejecutó disciplinadamente. Sospecho que era del tipo de persona que habría ejecutado a su propio hermano si hubiese incurrido en traición. Me parecen coherentes sus acciones, me parece también que se le ha idealizado demasiado, olvidando que fue también un ser humano con sus imperfecciones. No lo justifico, lo comprendo.

Finalmente, los resultados de la Revolución Cubana a la luz actual son cuestionables, pero ¿Quién que haya escuchado a Silvio Rodríguez y leído algo sobre el Che Guevara en su temprana juventud no soñó por lo menos por un instante, salir al monte, a la guerra, con un fusil en bandolera a luchar por la libertad? ¿O, cuando menos, entre humo y metralla contento y desnudo, ir matando canallas con un cañón del futuro?

3 comentarios:

  1. Gracias Miguel por el resumen, muy claro, muy puntual y objetivo, da ganas de investigar mas sobre este personaje que solo usar polos y gorritos en su "honor"

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    1. Totalmente de acuerdo Claudio, no es suficiente ponerse un polo o una boina. Gracias por leer el blog, por comentarlo y sobre todo por haberme dado la oportunidad de acompañarte en ese maravilloso viaje que hicimos y que nos permitió recorrer las calles de La Habana. ¡Abrazos!

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  2. Gracias por hacernos recordar al Che, que mas allá de estar equivocado o no, quien nos dejo la enseñanza de luchar por tus ideales...

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