domingo, 3 de febrero de 2013

SOMOS LO QUE COMEMOS

Estoy seguro de que la mayor parte de lectores ha escuchado esta frase alguna vez: Somos lo que comemos. Es probablemente una de las frases menos debatibles desde cualquier óptica, tanto el sentido común como la ciencia concluyen exactamente en lo mismo: Somos lo que comemos. Y resulta por tanto increíble que tanta gente no observe esta regla tan básica para conservar su salud.

El comer es un proceso que se califica como necesidad básica. Si no se come, se muere. La alimentación permite aportar al cuerpo los elementos necesarios para su funcionamiento y desarrollo, así como para restaurarlo ante el natural desgaste. 

Lo primero que debemos hacer es diferenciar entre comer bien y comer rico. En Arequipa, mi ciudad de origen, se solía comer bien y rico, aunque en los últimos años se come cada vez más rico y cada vez peor. Es preocupante.

Comer rico es el resultado de un proceso mental racional. No tiene nada que ver con la alimentación de subsistencia. Si alguien piensa que me equivoco, observen otras culturas, lo “rico” parte de una definición cultural: Una rica vaca para nosotros puede ser como una rica rata o un rico perro en otras culturas. Nosotros creemos que es rico un rocoto relleno que nos hace lagrimear, para un suizo eso es una masacre a su sentido del gusto. Nuevamente, el  aprecio por la intensidad del sabor es una construcción racional, mental, producto de paradigmas socio culturales.

En un inicio el hombre aprendió a asar la carne, luego descubrió la sal, desde entonces ha tratado de agregar cosas a las comida para hacerlas más agradables al paladar, para resaltar los sabores, en ese proceso hemos llegado a las hamburguesas y alitas de pollo cargadas de grasa y colesterol, acompañadas de abundante mayonesa y papas fritas.

Hemos olvidado el fin primordial de la comida: Alimentar. Al haber olvidado este fin, comemos cualquier cosa por hambre y nos suicidamos lentamente,

Desde los años cincuenta buena parte de los premios Nobel de medicina han sido otorgados a científicos por sus descubrimientos respecto a cómo reaccionan la células humanas ante el consumo de determinados productos. Estas investigaciones no han tenido difusión por causa de intereses ciertamente siniestros por un lado y por la falta de interés de la propia gente por otro, pero lo cierto es lo siguiente: La comunidad científica está de acuerdo en que un cuerpo con un alto grado de PH acido es más susceptible a albergar y desarrollar cáncer. Un cuerpo con un PH más alcalino tiene menos posibilidades de albergarlo y desarrollarlo. Es más, recientes estudios demuestran que un cuerpo alcalino no solo no alberga y desarrolla cáncer si no que es capaz de neutralizar y destruir un cáncer ya existente.

Ahora, cómo todos saben el PH no es otra cosa que un factor de medición, permite saber el grado de alcalinidad o acidez de una solución. El cuerpo humano es 80% agua, así que no estamos lejos de ser una solución también. 

El cuerpo humano se torna ácido cuando consumimos frituras, aceites de origen animal, azúcares, bebidas gaseosas, carnes rojas, café en exceso. También contribuyen notablemente los hábitos de fumar y el consumo de alcohol.

El cuerpo se torna alcalino mediante el consumo de vegetales, legumbres, hortalizas, proteínas de origen vegetal, pescado, frutas, etc. 

No se sorprenda. Esto es evidente y usted lo sabe. No es una noticia nueva. Otra cosa es que seamos esclavos de los malos hábitos y entre tomar una botella de agua y una gaseosa escojamos la gaseosa. Que entre una hamburguesa y un par de manzanas, escojamos la hamburguesa. Siempre hay una excusa para mantener un mal hábito. 

Lo que sucede es que nos mentimos a nosotros mismos descaradamente y luego culpamos a la contaminación o a la radioactividad cuando el médico diagnostica cáncer, y queremos curarlo con una pastilla mágica en veinte días. 

Somos lo que comemos. Si está usted saludable hoy, es probablemente consecuencia de sus buenos hábitos de alimentación. Si sufre de problemas gastrointestinales, algún sarpullido, dolores de cabeza, etc. Es probable que sea por sus malos hábitos alimenticios, fuera del obvio factor genético.

Conozco gente que no almuerza si el plato no trae carne y si está frita mejor. Otra gente que agrega abundante sal a todo. Personas que toman uno o dos litros de gaseosa diario, que almuerzan todos los días en lugares llamados de “comida rápida”, personas que agregan enormes cantidades de mayonesa a cualquier cosa que comen. ¿Cabrá quejarse luego de sobrepeso o cáncer?

Entonces se tiene que la clave es regresar al origen, entender la razón primigenia por la cual comemos. Comemos para tener energía, para reponer el desgaste de células. No tiene absolutamente nada que ver con el paladar. El paladar en su dimensión básica cumple el rol de advertirnos si la comida no está podrida, pasada o fermentada, es decir en un estado en el que no nos haga daño, al igual que el olfato.  Nosotros hemos distorsionado esas funciones, sublimándolas al extremo de causar lo que el órgano quería evitar: Provocarnos daño con lo que consumimos.

No está mal disfrutar de la comida, no está mal comer un plato típico o comida gourmet el fin de semana, pero quedan seis días para comer sano (y más barato por cierto), coma zanahorias crudas, dese el gusto de morder un tomate. Abra una palta y cómala sin sal directamente de su cascara como si fuese un helado. Hay platos típicos que pueden ser muy saludables, como la palta rellena (use mayonesa casera, no de sobre), el soltero de queso, el escribano, la causa. Hay métodos para cocer la carne sin usar aceite, disminuya su consumo de embutidos, tome agua en lugar de gaseosas o los venenosos refrescos de sobre. Aproveche más el pescado y deje el pollo a la brasa para una vez al mes. Abra las puertas para la espinaca, las vainitas, el brócoli. Coma más papa sancochada como fuente de carbohidratos y deje de lado la frita. Hágase un bien, hágalo por sus hijos, incúlqueles buenos hábitos. Ellos quieren que usted los acompañe por más años. 

2 comentarios:

  1. Que buena nota Miguel, sobre todo la forma de poner los papeles sobre la mesa y dejar claro que la decisión es personal.

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    1. Gracias por el comentario Arely. Efectivamente, la decisión es personal, para ello es sumamente importante contar con información. Saludos!

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