jueves, 28 de abril de 2011

¿Y PARA QUE SIRVEN LA ARITMETICA, LA GEOMETRIA, LA FISICA Y LA QUIMICA?

Recuerdo haber tenido muchos compañeros de estudio en la universidad que afirmaban haber escogido estudiar derecho porque les iba mal en matemáticas en la escuela. El mismo argumento escuché de mis alumnos cuando fui profesor universitario.

En mi caso nunca tuve serios problemas con las matemáticas, incluso recuerdo haber obtenido algún par de veintes en la libreta de notas. Donde sí tuve grandes dificultades fue en química y física, en ambos cursos (¡oh! ¡Qué casualidad!) tuve a la misma profesora. La profesora Granda era muy buena persona, amable, educada, cariñosa y condescendiente. Seguramente además una excelente ama de casa y mejor madre, ya que siempre nos hablaba con mucho cariño de su hijo. Pero como profesora de química y física definitivamente no hizo su tarea. No sé si ella misma dominaba las materias, pero lo que sí es cierto es que por lo menos en mi caso y el de varios compañeros de promoción, hizo que tuviéramos una fuerte animadversión a estos cursos.

Una frase común en la escuela era “¿Para qué voy a estudiar esto si yo pienso ser tal o cual profesional? Es decir, varios de nosotros coincidíamos nuevamente en no encontrarle utilidad práctica a muchas cosas que nos enseñaban en la escuela, particularmente en las materias de las que trata esta nota.

Y sí pues, ¿para qué sirve la geometría? ¿Y la física? ¿Qué utilidad puede tener la química para un abogado? Bueno, creo que para la mayoría de los cultos lectores no será necesario explicar que estas materias sirven prácticamente para todo. El mundo que nos rodea es aritmética, geometría, física y química. Cualquier ser humano que quiera ser un profesional decente en cualquier área debería tener por lo menos conocimientos básicos de las materias que vengo mencionando. En mi vida profesional tuve que hacer liquidaciones de saldo deudor, cálculo de intereses, además tuve que aprender a leer balances financieros para que no me cuenten cuentos los contadores, como abogado se requiere en muchos casos saber de física para poder explicar porqué el cuerpo de una víctima cayó en determinado sitio, porqué la bala terminó el tal posición o porqué el auto frenó a determinada distancia. Algunos colegas suelen decir que eso es trabajo del perito: Sí, pero el perito no defiende a la víctima o al imputado; o en el caso del Juez, este tiene que determinar si la opinión del perito es fiable, más allá de toda duda razonable. La física, la química y la aritmética son necesarias para el médico, para el abogado, para el cocinero, el arquitecto, el ingeniero, para el físico culturista, para el pintor, para el músico y para el panadero. La diferencia es qué clase de compromiso hay en cada oficio, profesión o hobby. El ser humano poco comprometido necesitará menos de estas herramientas, el que está comprometido con lo que hace, las requerirá más.

El problema en realidad no es determinar si se necesitan o no, la dificultad es cómo hacer que los profesores de la secundaria lleguen a los alumnos haciéndoles entender lo que nosotros hemos entendido recién en nuestra vida profesional.

Tengo el hobby de la carpintería, a menudo hago cosas simples con mis propias manos. Una vez estaba haciendo un escritorio para el computador y en uno de los extremos del tablero, este terminaba en una media circunferencia. Hasta allí no había problema, el tablero tenía cincuenta centímetros de ancho y la circunferencia, obviamente cincuenta centímetros de diámetro o si se quiere veinticinco de radio. El problema era que necesitaba calcular cuanta cinta de acabado debía comprar para recubrir el perímetro del tablero, sin que sobre ni falte un centímetro, ya que no disponía de la herramienta para cortarla. El asunto es fácil si se está con el tablero a medio construir, pues se toma la cinta métrica y se mide el perímetro. ¿Pero cómo hacerlo al nivel de diseño, cuando el tablero todavía no existe y es solo un plano en el papel? Recordé a “pi” y sin preocuparme más, entré a internet y busqué las fórmulas para hallar el perímetro de un círculo y resolví rápidamente el problema y además, aprendí en diez minutos lo que nunca aprendí en mis años de secundaria.

Luego de resolver el problema me quedé meditando en lo fácil que había sido entender el funcionamiento de “pi” ante su aplicación en el caso concreto. ¿Qué fácil hubiese sido si en la secundaria me hubiesen enseñado geometría mediante la construcción de un mueble? Desde esa noche me ronda la idea de que la forma de enseñar estas materias tiene que cambiar en las escuelas. La geometría tendría que aprenderse en talleres de carpintería, costura o semejantes.

El tema con la química es más complejo al igual que la física, pero tengo claro que debería abandonarse la pizarra y el aula como lugar primordial para aprender esas materias y trasladarse a espacios más dinámicos. Nada mejor para aprender algo de física que intentar construir una catapulta en escala. El modelo que el coyote usa con el correcaminos no es funcional, si uno lo hace a escala con simples trozos de madera y un poco de pabilo, descubrirá por qué el pobre coyote siempre termina estrellado en el suelo. Un buen profesor podría aprovechar esto para deslizar conocimientos de física y construir una catapulta (como las romanas) que funcione.

Se me ocurre que se podría enseñar mucho de química en un taller de cocina. ¿Por qué no? Quien haya experimentado un poco con la cocina sabe mucho de oxidación. ¿Por qué la manzana y el plátano se ponen negros cuando están pelados? ¿Por qué el zumo limón impide o retarda ese proceso? Porqué se “sella” la carne en determinados platos y cómo se consigue, por el contrario, la consistencia jugosa de un sudado o un estofado. ¿Por qué no se debe abrir la tapa de olla a presión si aun no ha expulsado todo el vapor? En este caso física y química juntas.

¿Qué muchachito no desea tener un mejor físico en la adolescencia? Me parece un momento extraordinario para enseñar algo de anatomía en las mismas clases de educación física. Explicar cuál es el proceso químico del crecimiento de células y músculos. Explicar por qué existe dolor luego de ejercicio intenso, ¿Quién podría olvidar esa clase si es dictada justo el día que uno no puede caminar como consecuencia de haber hecho treinta sentadillas el día anterior? Deja de convertirse en una cosa teórica inútil y se vuelve un conocimiento práctico. Ahora ya sabe qué es y qué hace la lactosa.

Así como estos, se pueden producir cientos de ejemplos. Es urgente reformar el sistema educativo y la formas de enseñar, más aun cuando hoy en día el Nintendo y los juegos en línea contribuyen a la idiotización de los jóvenes. Es urgente que los paradigmas educativos cambien, no sólo es un tema de presupuesto, también debe cambiar la forma como educamos a nuestros profesores (menudo problema). Últimamente he llegado a una triste conclusión: Gran parte de la educación de nuestros hijos está directamente en nuestras manos. Tengo una absoluta desconfianza hacia los profesores de las escuelas secundarias peruanas. Me preocupa la generación de los que ahora tienen cinco años. De aquí a veinte o veinticinco años la brecha entre los que saben y los que no, se hará mucho mayor. Tal vez el “mundo feliz” de Aldous Huxley esté a la vuelta de la esquina.

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