Para muchos
el Che Guevara es el tipo de las camisetas. Para los de mi generación y muchas
generaciones anteriores y posteriores es un ícono. No necesariamente un ícono
positivo por cierto para todos. La figura del Che genera simpatías y rencores, detractores
y simpatizantes. Es polémico y por tanto histórico.
Esta es una
de las notas que más trabajo me ha costado hacer, y si no la hago ahora, no la
haré nunca. Llevo ya en la idea casi un año, desde mi fugaz paso por La Habana.
Instintivamente luego de mi regreso de Cuba quise escribir acerca del Che,
habiendo visto los lugares donde estuvo y las calles que lo vieron pasar. Sin
embargo, rápidamente me di cuenta que no iba a ser una tarea sencilla, así que quise
hacer un trabajo con toda la rigurosidad histórica posible y entre marzo y noviembre
del dos mil doce leí, escuché y vi todo lo que pude acerca del Che Guevara. Ciertamente se ha hablado mucho de él, hay
tantas biografías que me pareció finalmente ocioso redundar respecto a esos
temas. Abandoné la idea de la rigurosidad histórica, mi análisis será entonces
personal y más visceral que racional.
Se ha dicho
que el Che fue un sanguinario sin corazón, un tipo racista que detestaba el
aseo y que en la revolución aprovechó para hacer aflorar sus más abyectos instintos.
Del otro lado de la línea se ha dicho que era un líder natural, un visionario,
desprendido de su propio proyecto de vida en favor de los menos favorecidos y
la libertad de las naciones. Se han creado una serie de mitos en favor y en
contra. Desde la muerte de Camilo Cienfuegos por orden de Fidel Castro a pedido
del Che hasta su misión suicida en Bolivia.
Nadie puede
meterse en la mente de las personas, cualquier especulación es sencillamente
eso, un truco de prestidigitación que pretende adivinar el pensamiento de los
sujetos a través de sus hechos. ¿Era Guevara realmente un líder desprendido,
creyente ferviente de la revolución y la libertad de los pueblos? ¿O era
sencillamente un tipo que sufría de una febril paranoia, mesiánico y
oportunista? Nunca lo sabremos a ciencia cierta.
“Por sus
hechos los conoceréis”, reza la frase y gran parte de los hechos del Che fueron
registrados, por la prensa, los fotógrafos, los biógrafos y por él mismo a través
de sus diarios y libros. Invocando a grandes rasgos episodios de su vida, esta
tuvo que estar marcada por importantes hitos del siglo XX, Guevara nace el año
28, debido a su asma queda recluido en casa adquiriendo el hábito de la
lectura. Este dato es de vital importancia. Curiosamente, de acuerdo a sus
biógrafos y él mismo, leyó a esa edad los mismos autores que yo leía en la
adolescencia: Emilio Salgari y Julio Verne. Guevara por cierto no era pobre,
más bien de clase media alta. Cuando Guevara tenía entre quince y veinte años,
que es la edad de los cuestionamientos y contradicciones, corrían los años
cuarenta y tres a cuarenta y ocho, en plena guerra mundial y el peronismo en
Argentina. Sospecho que tuvo que haber oído luego acerca de los abusos nazis y
el juicio de Núremberg (1945-1946), esos hechos más lo dramático del movimiento
político argentino debieron influir necesariamente en él.
Más
adelante y luego de culminar sus estudios de medicina, emprende un largo viaje
por Sudamérica que le cambia la vida. Viaja junto a su mejor amigo Alberto Granado,
que por cierto, me atrevo a afirmar que no
es para nada el personaje que presenta la película “Diarios de motocicleta”,
Granado fue preso político en la secundaria, así que al parecer estuvo desde
temprano involucrado en la política, cosa que no le sucedió a Guevara que toma interés mucho más tarde por ella,
precisamente en este periplo por los países latinoamericanos.
No daré
muchas vueltas a su biografía, baste decir que en este viaje pudo ver las condiciones
de la clase obrera latinoamericana y sus penurias, así como las aún vigentes
dificultades de la clase campesina. Los que hemos viajado por el interior del
país cuando menos, sabemos que hay una distancia enorme entre el reportaje
periodístico o televisivo y la realidad que le toca vivir a miles de
compatriotas, me parece que esta experiencia de vida fue determinante también
para el futuro del Che.
Otro
elemento que me parece crucial de este viaje de Guevara fue su acceso a los Siete
Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana de José Carlos Mariátegui.
Este tuvo que haber sido el detonante, Guevara había visto el problema y
probablemente le había causado el dolor que siente todo latinoamericano al ver
a sus hermanos en esas condiciones, pero no tenía la posible solución, Mariátegui
se la aportó, cuando menos en embrión.
Los Siete
Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana es un libro que todo peruano (y
latinoamericano), sin importar su filiación política, debería leer. Lamentablemente
la gente hoy en día lee menos. No se puede comprender el problema social del
Perú y de Latinoamérica si no se lee este texto, es triste que nuestros jóvenes
no estén siquiera cerca de saber quién fue Mariátegui, al margen de las ideas,
partidos y posturas.
Luego de
este viaje la percepción de la realidad latinoamericana de Guevara tuvo que
haber cambiado. No voy a hacer una reseña de la revolución cubana, porque existe
amplia información respecto a ella en la red. Quiero enfocarme en la crítica a
Guevara: Se afirma que era un tirano despiadado e inmisericorde. Existen
reportes en los que Guevara habiendo ordenado fusilar a desertores y
contrarios, estos finalmente se habían salvado gracias a los buenos oficios de
Camilo Cienfuegos.
Trato de
ponerme en las botas de Guevara, al mando de un ejército de rebeldes, en medio
del monte, con pocas municiones, armas imprecisas. Se desarrollaba la
revolución bajo el principio de guerra de guerrillas. ¿Era prudente en estos
casos dejar a los enemigos y traidores a salvo? ¿Encerrarlos? ¿Dónde? No tenía
un ejército regular ni cuarteles. Si seguimos la filosofía de Sun Tsu, el
guerrero no debe dejar enemigos en pie, pues estos se levantarán y volverán con
mayor fiereza. ¿Hacía lo correcto Guevara al no dejar enemigos a sus espaldas?
Es discutible, pero lo que sí tengo claro es que no se puede afirmar a
rajatabla que estas decisiones lo hicieron, per se, un líder sanguinario.
De otro
lado, Guevara comprendía que la revolución exigía un grado de compromiso
sumamente alto. “Un cubano que no defendía la revolución era un cubano contra
la revolución”, se solía decir. Si bien es cierto se permitía que los que no querían
luchar se alejaran de las zonas de guerrillas, la traición no estaba permitida.
¿Esta regla de no permitir la traición, con el costo de la vida del traidor,
era una práctica vedada? No me parece. Habría que analizar al asunto a la
percepción del momento. Con la percepción de hoy y a la luz de las resoluciones
de Corte Interamericana de Derechos Humanos, no sería aceptable; pero
precisamente de eso se trata, de no incurrir en la falacia de juzgar los hechos
de 1959 con los ojos del 2013.
Guevara
creía firmemente en la necesidad de participar él personalmente en las grandes
gestas revolucionarias, al parecer sí poseía una personalidad mesiánica. Se
puede leer entre líneas, en sus cartas cuando se va a África (El Congo) y luego
a Bolivia, que se siente llamado a luchar por la libertad de esos pueblos.
La gente
que lo conoció lo recuerda como un tipo ordenado, organizado, puntual, claro y
preciso. El gobierno de Estados Unidos se ha encargado durante años de
financiar y promover campañas con el ánimo de desprestigiar al Che, hoy en día
eso ya no tiene sentido. Los jóvenes confunden a Guevara con Don Ramón o
Cantinflas. Es una tristeza.
La muerte
del Che en 1967 trajo lo que se quiso evitar, su ejecución se hizo con la clara
intención de no darle espacio en la prensa y no convertirlo en un héroe. Se
produjo todo lo contrario, se creó un mito. Sucede siempre (guardando las
distancias): Jesús, Mozart, Lennon y Mercury por citar algunos ejemplos.
Personajes que quedan en el imaginario popular como jóvenes eternos, héroes
populares y románticos. La magia que los envuelve, la pregunta de ¿Qué habría
pasado si hubiesen vivido más? los hace más intensos e interesantes. Eso mismo
pasó con el Che.
A mí lo que
me causa fascinación es la revolución cubana, que ciertamente es La Revolución,
al margen de la perniciosa dictadura de los Castro, me pregunto siempre: ¿Qué
habría pasado si no se le hubiese impuesto el embargo económico a Cuba? ¿Sin el
bloqueo? ¿En que se hubiese convertido Cuba con el desarrollo sostenido que
parecía tener en los primeros años? ¿No sería una potencia hoy? ¿Se habría
irradiado el socialismo a toda América? De hecho eso asustó a los americanos, ¿pero habría sucedido?
La
Revolución Cubana me parece uno de los hitos históricos más importantes de
Latinoamérica, y el Che Guevara fue una pieza importantísima si es que no
determinante. Ernesto Che Guevara, el gran Camilo Cienfuegos, Fidel Castro, y
otros que pasarán bien o mal a la historia nos regalaron una de las gestas más
heroicas. Mi juicio personal es que Guevara cumplió su rol, ordenó las
prioridades de la revolución y las ejecutó disciplinadamente. Sospecho que era
del tipo de persona que habría ejecutado a su propio hermano si hubiese
incurrido en traición. Me parecen coherentes sus acciones, me parece también
que se le ha idealizado demasiado, olvidando que fue también un ser humano con
sus imperfecciones. No lo justifico, lo comprendo.
Finalmente,
los resultados de la Revolución Cubana a la luz actual son cuestionables, pero ¿Quién
que haya escuchado a Silvio Rodríguez y leído algo sobre el Che Guevara en su temprana
juventud no soñó por lo menos por un instante, salir al monte, a la guerra, con
un fusil en bandolera a luchar por la libertad? ¿O, cuando menos, entre humo y
metralla contento y desnudo, ir matando canallas con un cañón del futuro?
Gracias Miguel por el resumen, muy claro, muy puntual y objetivo, da ganas de investigar mas sobre este personaje que solo usar polos y gorritos en su "honor"
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo Claudio, no es suficiente ponerse un polo o una boina. Gracias por leer el blog, por comentarlo y sobre todo por haberme dado la oportunidad de acompañarte en ese maravilloso viaje que hicimos y que nos permitió recorrer las calles de La Habana. ¡Abrazos!
EliminarGracias por hacernos recordar al Che, que mas allá de estar equivocado o no, quien nos dejo la enseñanza de luchar por tus ideales...
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