viernes, 6 de mayo de 2011

IÑAPARI Y LAS ELECCIONES ¿REALMENTE MI VOTO CUENTA?

En Iñapari la bolsa de cemento cuesta treinta y tres soles; la Coca Cola o Inka Kola de medio litro cuesta dos soles cincuenta; la botella de agua de medio litro también cuesta dos soles; una Inka Kola de dos punto veinticinco litros cuesta ocho soles con cincuenta; el millar de ladrillos artesanales cuesta seiscientos soles; la arena fina cuesta ochenta soles el metro cúbico; el metro cúbico de agregado, o cascajo como le llaman algunos, cuesta trescientos soles; el kilogramo de carne de res cuesta quince soles; la carne de pollo cuesta doce soles el kilo, un kilo de queso cuesta quince soles también; una calamina de zinc cuesta treinta y cinco soles; la hora de internet en la única cabina cuesta dos soles; una fotocopia veinte céntimos; una cerveza cuesta ocho soles; una pastilla para la migraña cuesta un sol cincuenta (la dosis es de dos pastillas); un kilo de pescado cuesta diez soles y un kilo de papas dos soles cincuenta.

Seguramente usted que lee esta nota ya ha comparado los precios que acabo de mencionar – que son totalmente reales aunque usted no lo crea – con los de ciudades como Arequipa o Lima y habrá notado que aquí se paga el doble cuando no el triple de lo que se paga por los mismos productos en dichas ciudades.

No sólo varía el precio, también las calidades, en Iñapari no hay camal privado ni municipal, los ganaderos benefician las reses en sus propios predios, no hay garantía de su buen estado; lo mismo sucede con la carne de pollo. La arena es de la ribera del rio y es salitrosa. Los ladrillos son artesanales, hechos y cocidos a mano, por cada millar se pierden un promedio de doscientos que están poco cocidos o quemados. La internet es lenta, no se puede hacer uso de una web cam por que si no toda la cabina colapsa.

No hay servicio de internet para las casas ni telefonía fija. Los teléfonos son satelitales, los celulares aparecieron recién hace cuatro años por la demanda de los brasileños, Movistar y Claro colocaron antenas y vendieron equipos, ganaron dinero, el año pasado Vivo llegó a Assis Brasil y los brasileños dejaron de usar celulares peruanos. Iñapari ya no es un lugar rentable para las empresas de telefonía celular. Yo tengo internet USB, el servicio es tan malo que me resulta imposible ver un video en Youtube. Postear una nota en el facebook me toma cinco minutos y cuando quiera subir esta nota al blog, entre la carga del documento y la foto que lo acompaña me tomará veinte minutos si tengo suerte y no se corta la conexión en medio proceso.

En Iñapari no hay red de alcantarillado ni desagüe; la mayoría de las casas usan pozos sépticos, casi todos ellos artesanales y que contaminan los suelos. Hay una red rudimentaria de agua, a pesar de que la Municipalidad dice que es potable, es fácil cerciorarse sin necesidad de un microscopio de que contiene desechos: no es apta para el consumo humano. Esta agua se distribuye sólo una hora al día los meses lluviosos, en la temporada seca sencillamente no hay agua. Muchas casas tienen pozos de agua subterránea, sin embargo esta agua está contaminada por las filtraciones de los pozos sépticos. Hasta el año dos mil diez Iñapari tenía luz solo dieciocho horas al día. Desde este año tenemos luz las veinticuatro horas, pero cada día hay cortes de luz arbitrariamente en un número de dos o tres por día que malogran permanentemente los equipos y electrodomésticos, la potencia del fluido no llega al voltaje que se cobra. En Iñapari no hay comisaría, sólo un puesto de vigilancia fronterizo con un mínimo de efectivos que siempre se disculpan con el argumento, ya saben, de que hay pocos efectivos. En Iñapari, salvo la interoceánica y las cuatro calles que rodean la modesta plaza de armas, las calles son de barro y se hacen intransitables en tiempo de lluvia.

En Iñapari la mayoría de terrenos no tienen ficha en los Registros Públicos, la propiedad es informal. Las escuelas son pobres, hay una primaria y otra secundaria, los profesores hacen lo que pueden para transmitir sus rudimentarios y escasos conocimientos a nuestros hijos. Hasta el año dos mil ocho no había ninguna entidad financiera en Iñapari, el Banco de la Nación se inauguró en diciembre del dos mil ocho, por la gestión y a presión de los pobladores de Iñapari; sigue siendo la única entidad financiera hasta ahora. En Iñapari no hay ESSALUD, sólo una triste posta del MINSA, me descuentan mensualmente de mi boleta de pago aportes para el seguro y no sé para qué. En Iñapari no hay buses de transporte interprovincial, los viajeros quedan expuestos a los abusos de los colectiveros informales, que raramente tienen cinturones de seguridad y salen a la hora que mejor les conviene.

Sin embargo, Iñapari es uno de los pocos distritos del Perú que de acuerdo al último censo del INEI no registra pobreza extrema ni pobreza. ¿Cómo se explica esto?

No tengo la respuesta pero sí varias teorías: La primera es que descubrí que las familias más antiguas de Iñapari son de arequipeños inmigrantes, me imagino y quiero creer que ese espíritu indomable ante la adversidad de nosotros los arequipeños, ha hecho que este pueblo trabajador no se haya dejado vencer por las circunstancias.

Otra teoría es que estando Iñapari tan alejada de Lima y durante décadas apartada incluso de Puerto Maldonado, decidió tomar el toro por las astas y resolver sus problemas por sí misma, al extremo de prácticamente no depender de Lima. Aquí no hay asistencia social, el que no trabaja no come, así que todos trabajan y buscan como progresar. Los techos de las casas están adornados por las antenas satelitales grises de Directv o rojas de Clarotv, no hay casa por modesta que sea que no festeje un cumpleaños con una parrillada o churrasco como le llaman aquí. Lima es un fantasma lejano. El desarrollo del Perú y la bonanza económica es un montón de palabras vacías a las que la gente presta poca atención cuando se anuncian por el canal de televisión del Estado, el único que llega por aquí en señal abierta.

En Iñapari se vendió una fantasía: Se les dijo que la carretera interoceánica traería progreso y haría que los precios de los productos bajen.

La bolsa de cemento se vende a treinta y tres soles. En el Brasil la bolsa de cemento cuesta treinta reales, que son más de cuarenta y cinco soles al cambio.

En Iñapari el cemento se vende como pan caliente, pero la mayoría de las casas son de madera.

En Assis Brasil, la ciudad vecina, cada vez hay más casas de material noble.
Los brasileños compran el cemento para construir sus casas en Perú, vienen con sus camionetas y compran mucho más barato. Los comerciantes de cemento están felices. Ganan más del doble por bolsa de cemento.

Hoy con la interoceánica, el flete para traer cemento desde Cusco o Arequipa es sumamente barato. ¿Por qué no han bajado los precios? Porque el principal mercado siguen siendo los brasileños, no hay ningún incentivo para que los comerciantes peruanos bajen los precios a pesar de que hoy sus costos se han reducido notablemente gracias a la carretera, se están haciendo ricos.

La carretera interoceánica contribuye una vez más para que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres.

Lo mismo pasa con los ladrillos, la arena, la cerveza, las gaseosas, las frutas y las medicinas.

El sueldo mínimo en el Brasil es de quinientos cincuenta reales, equivale más o menos a ochocientos ochenta soles. Ese sueldo es el que ganan las empleadas del hogar en Brasil, los barrenderos, jardineros y otros trabajadores no reciben menos de setecientos reales, es decir el equivalente a mil cien soles aproximadamente.

El Iñaparino no depende de Lima, nuestra economía (ahora soy un Iñaparino más) depende del Brasil, llevamos en nuestros bolsillos soles y reales. Si hay paro minero o de cualquier cosa en Madre de Dios, compramos nuestros alimentos con esfuerzo en Brasil, pero no morimos de hambre. Llevamos con honor la bandera del Perú y la izamos en nuestras instituciones y nuestras casas. Defendemos al país cuando nuestros vecinos que tienen todas las comodidades imaginables nos miran de arriba abajo. Nos damos el lujo de darles trabajo a muchos brasileños en las pequeñas empresas y negocios. Cuando nos dicen que vivimos en el fin del mundo, respondemos que vivimos en el paraíso.

Luego de todo esto, ¿Se le puede reclamar a este pueblo valeroso un voto por la continuidad del modelo económico? ¿Se le puede seguir ofreciendo mentiras cuando a pesar de ser permanente vigía de la frontera ningún gobierno ha hecho nada por mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos?

Madre de Dios es el distrito electoral más pequeño del país. No es de interés de los políticos. Iñapari a pesar de su importancia geopolítica y ubicación estratégica, tiene aproximadamente quinientos votos, para los políticos eso no cuenta ni siquiera para lanzar promesas falsas.

Iñapari no cuenta con promesas electorales.

Sé que en teoría mi voto cuenta, pero hoy más que nunca me doy cuenta que vote por quien vote, eso no va a cambiar en nada la realidad de Iñapari. ¿Realmente mi voto cuenta?

2 comentarios:

  1. Mi estimado Miguel, que interesante análisis, creo que a todas luces para el tema político Iñapari no cuenta y no les interesa hacer el mínimo esfuerzo por conocer siquiera sus necesidades. Más interesante aún el hecho que vivan y sean felices dadas las condiciones, es una muestra que cuando se quiere se puede. Un abrazote.

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  2. Gracias por tu comentario Arely, efectivamente así sucede. Es la realidad (que no es triste) y con ella caminamos hacia adelante. Lo que me preocupa es el futuro. No me sorpredería que dentro de unos años se geste una corriente separatista, que traiga tantas desgracias como la ETA o la IRA o más cerca la corriente separatista en Bolivia, ya que muchos de nuestros hijos son peruano brasileños, si alguien es herido o sufre un accidente, es atendido en Brasil con celeridad y a veces remitido a los hospitales de Rio Branco. Casi todos tenemos crédito en las tiendas de Brasil, es decir Brasil nos trata mucho mejor que Perú, yo tal vez me nacionalizaría en otro país por trabajo o por mejores condiciones de vida algún día, pero nunca aceptaria ceder territorio peruano a otro país, pero no puedo hablar por mi hija por ejemplo que es Peruano Brasileña y por muchos de los chicos de su edad que también lo son. Si el Estado descuida estas zonas, el futuro puede ser incierto. Ojala esté equivocado. Un abrazo!

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